República Bolivariana De Venezuela
Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria
Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos
Aula Móvil: CUE-Caracas
Materia: Ética Profesional
Ética Profesional
Profesora: Integrantes:
Lcda.: Estrella Marquina. Marrero Grecia
Medina Angélica
Pérez Magnely
Velásquez Débora
Velásquez Diana
Villamizar Claudia
Caracas, 18 de enero de 2014
Índice Pág.
Introducción……………………………………………………………3
Ética y Moral…………………………………………………………..4
Importancia del conocimiento de la ética para enfermería…………….7
Principios de una teoría pluralista……………………………………...8 Autonomía……………………………………………………………...9 Justicia……………………………………………………....................11
Principios de doble efecto……………………………………………..12
Consentimiento informado vs modificación de actitud……………….13
Derecho a la privacidad………………………………………….........17 Conclusión…………………………………………………………….19 Bibliografía……………………………………………………............20
Introducción
La profesión de enfermería requiere del conocimiento de diversas ciencias para brindar los cuidados a los seres humanos, pero también es de vital importancia que incorpore, equilibradamente, los principios éticos y morales de dignidad, solidaridad, autonomía, responsabilidad, autoestima, equidad, tolerancia, respeto y compromiso con el individuo, familia y comunidad para así lograr brindar cuidados de manera integral y holística, con el fin de mantener y promocionar la salud, con especial atención a las necesidades reales y potenciales de la comunidad.
Ética
Ética proviene del vocablo griego "ethos" que significa carácter, modo de ser. Estudio sistemático de los problemas fundamentales de la conducta humana. (León, 1.999).
Describe la base sobre la cual las personas, de manera individual o colectiva, deciden que ciertas acciones son correctas o incorrectas, y si es deber de una persona hacer algo, o si tiene el derecho de hacerlo. (Rumbold, 2.000).
La ética es la ciencia de la filosofía que estudia los actos humanos bajo la consideración del bien o el mal. Es además de una ciencia normativa una ciencia aplicada. Como ciencia normativa, la ética constituye una un conjunto de principios universales sobre la moralidad de los actos humanos que, tal como han sido probados científicamente, son válidos en cualquier circunstancia, tiempo y lugar. Esos principios son fundamentados en el conocimiento de sus causas y están ordenados a la verdad. La diferencia valorativa entre lo que es bueno o malo se hace con referencia a una norma, criterio o medida que sirve de canon para determinar la bondad, maldad o indiferencia de un comportamiento.
Pero en tanto que ciencia aplicada, la ética es la ciencia que aplica esos principios a las concretas acciones humanas pues su finalidad no es otra que el recto actuar de la persona. De muy poco serviría al hombre saber que hay que obrar bien y evitar el mal que es malo matar etc. si lo que sabe no lo aplica a su conducta, si no se conduce de manera que sus principios se cumplan.
Fuentes de la ética profesional de enfermería
Las fuentes de la ética profesional son las normas destinadas exclusivamente para la prestación de servicio a la sociedad, teniendo como base las más elementales normas sociales. Entre ellas tenemos:
Normas jurídicas
Se basan en el cumplimiento del conjunto de normas o reglas de conducta de carácter obligatorio que regulan las actividades de los individuos en su convivencia social.
Normas morales
La enfermera (o) como profesional debe aceptar la responsabilidad de tomar decisiones y realizar acciones en sociedad, su comportamiento profesional afecta o beneficia a otros miembros de la comunidad, por ello debe ajustarse a las normas de la ética profesional.
Normas de trato social
Las enfermeras (os) deben coordinar sus acciones con otros miembros del equipo de salud en la atención al individuo, cumpliendo las normas establecidas por la sociedad.
Moral
Moral proviene del vocablo latín "mos" o "mores" que significa costumbres en el sentido de las normas o reglas adquiridas por hábitos.
Conjunto de normas que regulan el comportamiento de los seres humanos en sociedad, que son aceptadas en forma libre y consciente por un individuo. (Balderas, 1.998).
Conjunto de todos los deberes del hombre. (León, 1.999).
La moral, es parte de las tradiciones y costumbres del grupo humano, unidos por un interés común.
La moral o moralidad (del latín mos, moris, ‘costumbre’) son las reglas o normas por las que se rige la conducta o el comportamiento de un ser humano en relación a la sociedad (normas sociales), a sí mismo o a todo lo que lo rodea. Otra perspectiva la define como el conocimiento de lo que el ser humano debe de hacer o evitar para conservar estabilidad social.
La existencia de acciones y actividades susceptibles de valoración moral se fundamenta en el ser humano como sujeto de actos voluntarios. Por tanto, la moral se relaciona con el estudio de la libertad y abarca la acción del hombre en todas sus manifestaciones, además de que permite la introducción y referencia de los valores.
Los conceptos y creencias sobre moralidad llegan a ser considerados y codificados de acuerdo a una cultura, religión, grupo, u otro esquema de ideas, que tienen como función la regulación del comportamiento de sus miembros. La conformidad con dichas codificaciones también puede ser conocida como moral y se considera que la sociedad depende del uso generalizado de ésta para su existencia.
Hay diversas definiciones y concepciones de lo que en realidad significa la moralidad, y esto ha sido tema de discusión y debate a través del tiempo. Múltiples opiniones concuerdan en que el término representa aquello que permite distinguir entre el bien y el mal de los actos, mientras que otros dicen que son sólo las costumbres las que se valúan virtuosas o perniciosas.
El concepto de moral se diferencia de la filosofía moral o ética en que ésta última reflexiona racionalmente sobre los diversos esquemas morales con la finalidad de encontrar principios racionales que determinen las acciones éticamente correctas y las acciones éticamente incorrectas, es decir, busca principios absolutos o universales, independientes de la moral de cada cultura.
Importancia del conocimiento de la ética para enfermería
Todo profesional debe desarrollar su sentido ético, lo cual con la ayuda de docentes en la formación universitaria es posible, pero requiere individualmente de cada persona la aplicación de esta. La labor del profesional de enfermería es brindar los cuidados necesarios para el bienestar humano y la ética en esta definición del rol se encuentra ligada en el sentido de cómo realizar estos cuidados, cuando realizarlos y porque realizarlos ya que estas interrogantes resultan primordiales en pacientes terminales, pediátricos, oncológicos etc., que son los que más necesitan de una correcta aplicación de la ética profesional.
La enfermera no es solo un profesional que colabora estrechamente con el medico alguien que realiza lo que se le encarga sino que también tienes sus propias competencias de las que debe responder y través de las cuales se realiza o no como una buena o mala profesional.
Su responsabilidad personal no es subsumible en la del médico y en muchas circunstancias sus actos no pueden cobijarse al amparo de que actuaba por delegación. Por eso no es admisible la confusión o imprecisión de su comportamiento y mucho menos su ambigüedad respecto a la ética. La enfermera debe continuar interrogándose, según una búsqueda rigurosa y documentándose en las leyes pertinentes acerca de cuál debe ser su comportamiento en cada una de sus acciones.
Por eso sin el conocimiento de estos principios éticos o su aplicación errónea a la enfermera le resultara imposible cumplir con su propia misión. La formación ética es la incita a la enfermera a la búsqueda de su perfeccionamiento profesional, al seguimiento de la virtud, a ser virtuosa en el desempeño de las tareas que son propias de su profesión y que tan comprometidas son para ella como para el paciente.
Principios de una teoría pluralista
La teoría pluralista del poder tiene por objeto "verificar la afluencia e influencia en los poderes públicos de la pluralidad de agentes a la hora de la formación de la Agenda Pública". Según el pluralismo, no existe en realidad un poder dominante, sino más bien una diversidad de los mismos, que determina que se produzcan intercambios entre ellos al desarrollar las políticas públicas. En este sentido, se considera el análisis de la política como el análisis de los grupos. De esta manera, "el proceso de elaboración de políticas es, fundamentalmente, un continuo conflicto e intercambio entre diferentes grupos, y el gobierno se considera un grupo más".
En consecuencia, analizar esta política pública desde el pluralismo clásico no resulta adecuado, en cuanto "proceso de elaboración de políticas públicas que refleja precisamente una búsqueda de consenso". De hecho, si por algo se caracteriza la Ley de Calidad de la Educación, como veremos, es porque su aprobación ha estado caracterizada precisamente por la falta de consenso y por la oposición directa de grupos de interés relevantes, que han presentado distintas posibilidades de acceso a la arena política.
Por este motivo, partimos del enfoque del pluralismo institucional ya que éste corrige el pluralismo clásico, en el que el Estado sería como una organización independiente que hace políticas para responder a la presión de innumerables grupos sobre el gobierno.
En cambio, el pluralismo institucional admite la relevancia del papel de la burocracia, puesto que no son únicamente los grupos de presión quienes influyen en la formulación de políticas, sino también "los agentes públicos, en última instancia, intentarán aplicar sus perspectivas y buscar la satisfacción de sus intereses". Consecuencia, este enfoque reconoce el papel de la pluralidad de intereses tanto en la sociedad como en el Estado. Por otro lado, en el enfoque denominado pluralismo reformado se reconoce que las relaciones entre el gobierno y los grupos de interés se encuentran casi siempre institucionalizadas y se excluye a ciertos grupos del proceso de elaborarla.
Esta teoría permite comprender las razones para el cambio de la política educativa, ya que analiza las correlaciones de fuerzas entre grupos de interés, al momento de elaborar esta política. Para analizar la teoría pluralista de acceso e influencia en el poder de los distintos agentes sociales, primero nos detendremos en la identificación de los problemas y en las demandas e intereses de los actores públicos y privados; posteriormente, en su capacidad de acceso al diseño de la agenda y en los mecanismos de interacción entre los actores. El cambio de la política educativa, ya que analiza las correlaciones de fuerzas entre grupos de interés, al momento de elaborar esta política.
Principio de autonomía
En este principio se toma en consideración, por lo menos, dos vertientes ético-morales fundamentales: El respeto por la autonomía del individuo, que se sustenta, esencialmente, en el respeto de la capacidad que tienen las personas para su autodeterminación en relación con las determinadas opciones individuales de que disponen. Protección de los individuos con deficiencias o disminución de su autonomía en el que se plantea y exige que todas aquellas personas que sean vulnerables o dependientes resulten debidamente protegidas contra cualquier intención de daño o abuso por otras partes.
La aparición y puesta en práctica del principio de autonomía ha influido profundamente en el desarrollo de la bioética, tanto desde el punto de vista sociopolítico como legal y moral. El mismo ha cambiado indiscutiblemente el centro de la toma de decisiones del médico al paciente y a su vez ha reorientado la relación del médico con el enfermo hacia un acto mucho más abierto y más profundamente franco, en el que se respeta y toma como centro de referencia la dignidad del paciente como persona.
En la actualidad se plantea que el auge del principio de la autonomía en la práctica biomédica ha protegido a los enfermos contra las flagrantes violaciones de su autonomía e integridad que en el pasado, por simples razones éticas eran tan ampliamente aceptadas como permisibles. No obstante, lo planteado el principio bioético de autonomía, como es de suponer, no resulta lo suficientemente fuerte, no basta para garantizar el respeto a las personas en las transacciones y hechos médicos en los cuales éstas puedan verse involucradas con todos los matices y significados que ello entraña.
Al respecto del fundamento de las relaciones médicas, el concepto de integridad es más rico y fundamental. El mismo está más estrechamente ligado a lo que significa esencialmente el ser humano completo en su aspecto psicológico, biológico y espiritual. En definitiva la autonomía depende de la preservación de la integridad de las personas, y tanto una como la otra dependen de la integridad del médico, pudiéndose asegurar que la integridad sin conocimiento es débil e inútil y el conocimiento sin integridad es peligroso y temible.
Autonomía. Designa el gobierno de sí mismo por las propias reglas, se incluye la capacidad de tomar elección libre de influencias externas.
Principio de justicia
El principio de la justicia, en el marco de la atención de salud, se refiere generalmente a lo que los filósofos denominan "justicia distributiva", es decir, dar a cada quien lo necesario, en el momento preciso, independientemente de su status social, ideología, raza, edad, religión.
La justicia:
Para los individuos: ausencia de discriminación por diferentes motivos y asimismo igualdad de oportunidades en cuanto al acceso de los recursos, incluyendo la medicina preventiva, los tratamientos y los frutos de las investigaciones médicas.
En el cuidado de la salud se refiere: a la máxima igualdad en la distribución de los recursos asistenciales y las oportunidades de recibir cuidados y tratamiento.
La enfermera actúa bajo el principio de justicia cuando entrega y/o recibe su turno, coloca al paciente como prioridad antes que realizar trámites administrativos, cuando la enfermera suministra tratamiento de manera correcta teniendo en cuenta las necesidades del paciente o ante una urgencia, atiende al más necesitado de los posibles a recuperar; cuando valora las necesidades de un paciente y los jerarquiza para la satisfacción de las mismas.
Principio de doble efecto
Es uno de los principios más útiles, aunque también es un "arma de doble filo"; se basa en que el mal nunca debe quererse como medio ni como fin, o sea, nunca debemos hacer voluntaria o intencionalmente el mal.
Los actos pueden ser voluntarios directos o voluntarios indirectos. El acto es voluntario directo si se desea algo como medio o como fin. El voluntario indirecto es aquello que no deseamos ni como medio ni como fin. En la realización de estos actos hay una consecuencia secundaria prevista que no se desea, pero no se puede eludir. Es el caso común y corriente de tratar una enfermedad con un tratamiento específico que puede dañar otros órganos o producir una intoxicación. En cambio una consecuencia que no es intencionada ni prevista sino accidental, es involuntaria, por ejemplo, un chofer que su esposa lo ayuda a cargar gasolina y en ese momento prende un fósforo y la esposa muere por quemaduras, fue un accidente sin intención.
Las consecuencias imprevistas son involuntarias, no obstante, tratar de evitar todo acto del cual pudieran resultar algunos efectos malos es muy difícil. A veces uno desea el bien y no el mal, pero por la misma naturaleza de las cosas en ocasiones el mal está insepara-mal, pero no siempre estamos obligados a evitar su existencia.
El principio del doble efecto resume las condiciones bajo las cuales podemos realizar un acto del que prevemos puede resultar una consecuencia mala a saber:
1. El acto ha de ser bueno en sí mismo o al menos indiferente.
2. El bien no debe obtenerse mediante el mal.
3. El mal por sí mismo no debe hacerse.
4. Un buen fin no justifica medios malos porque esto hace necesariamente malo el acto.
Debe existir una razón proporcionalmente grave para permitir un acto malo, si bien no estamos obligados a prevenir el mal, estamos obligados a evitar un mal mayor, aunque sea un poco de sacrificio de nuestro propio bien.
Consentimiento informado
El consentimiento informado es el procedimiento mediante el cual se garantiza que el sujeto ha expresado voluntariamente su intención de participar en la investigación, después de haber comprendido la información que se le ha dado, acerca de los objetivos del estudio, los beneficios, las molestias, los posibles riesgos y las alternativas, sus derechos y responsabilidades.
En el caso de las personas menores de edad o incapaces de dar el consentimiento, éste será otorgado por su representante legal, siempre de manera escrita, y tras haber recibido y comprendido la información mencionada. Sin embargo, cuando las condiciones del sujeto lo permitan, éstos, también pueden dar su consentimiento o negarse a participar en el estudio, después de haber recibido la información pertinente y adaptada a su tipo de entendimiento.
El sujeto participante o su representante, podrá revocar el consentimiento brindado en cualquier momento, sin expresión de causas, y sin que por ello se derive para él responsabilidad ni perjuicio alguno.
Es importante utilizar el consentimiento informado, ya q se garantiza que las prácticas de salud deban respetar el principio de no discriminación, la autonomía y libre determinación, la integridad física y psíquica, y la dignidad de toda persona. El derecho al consentimiento informado es parte integrante del derecho a la salud, consagrado en numerosos tratados internacionales de derechos humanos, con jerarquía constitucional.
Asimismo, es un instrumento que sirve para proteger el derecho del paciente a participar en la adopción de decisiones sobre su salud, a la vez que genera obligaciones para los profesionales tratantes. Se trata del consentimiento obtenido libremente -sin intimidación ni influencia indebida-, otorgado mediante una decisión voluntaria, y después de haberle proporcionado a la persona información adecuada, accesible y comprensible, en una forma y en un lenguaje que ésta entienda. El proceso de consentimiento informado debe iniciarse siempre de modo previo al tratamiento ofrecido, y debe ser continuo a lo largo del mismo, con lo cual la persona puede retirar su conformidad al tratamiento en cualquier momento.
La información que se proporcione a la persona, para que esta pueda decidir aceptar o no un tratamiento, debe abarcar: el diagnóstico y su evaluación, el propósito, el método, la duración probable y los beneficios que se espera obtener del tratamiento propuesto, las demás modalidades posibles de tratamiento, incluidas las menos alteradoras posibles, los dolores o incomodidades posibles y los riesgos y secuelas del tratamiento propuesto. No se le puede ocultar información a la persona, con el pretexto de evitar eventuales efectos negativos para los resultados del tratamiento.
El consentimiento informado debe reunir al menos cuatro requisitos que son:
• Capacidad: el individuo debe tener la habilidad de tomar decisiones.
• Voluntariedad: Los sujetos deben decidir libremente someterse a un tratamiento o participar en un estudio sin que haya persuasión, manipulación ni coerción. El carácter voluntario del consentimiento es vulnerado cuando es solicitado por personas en posición de autoridad o no se ofrece un tiempo suficiente al paciente para reflexionar, consultar o decidir.
• Información: Las opciones deben ser comprensibles y deben incluir el objetivo del tratamiento o del estudio, su procedimiento, los beneficios y riesgos potenciales y que siempre existe la opción del paciente de rechazar el tratamiento o estudio una vez iniciado en cualquier momento, sin que ello le pueda perjudicar en otros tratamientos.
• Comprensión: Es la capacidad del paciente de comprender la información relevante.
Estudios a nivel internacional demuestran que hay una fuerte tendencia a considerar el consentimiento informado como una herramienta que protege a los proveedores de salud de problemas legales y reclamos, en vez de un proceso en el que se toman las decisiones en forma conjunta y responsable por parte del paciente y el profesional. Dado el aumento en los últimos años de las demandas contra profesionales sanitarios, éstos se protegen con la práctica de la llamada "medicina defensiva".
Modificación de actitud
Una actitud es una tendencia a la acción adquirida en el ambiente en que se vive y derivada de experiencias personales. Es un estado de disposición psicológica, pero adquirida y organizada a través de la propia experiencia. Dicha disposición incita a la persona a reaccionar de una manera característica frente a determinadas personas, objetos o situaciones.
Las actitudes no son conductas sino predisposiciones adquiridas para actuar selectivamente, conducirse de determinada manera en la interacción social.
Tienen que ver con una forma de actuar, pero no son la actuación, sino aquello que la propicia: son parte de un sistema de representación de la realidad.
Hay que destacar que:
1. Las actitudes no son innatas. Se trata de disposiciones adquiridas, aprendidas a partir de la interacción.
2. Y son relativamente durables pero sólo relativamente, pues pueden ser modificadas por influencias externas.
Es decir: se pueden CAMBIAR.
La influencia que recibimos del medio social proviene principalmente del cambio de nuestra actitud ocasionado por la presencia o la referencia de otras personas. Nuestro mejoramiento personal, como nuestro empeoramiento, pueden provenir del cambio de actitud mencionado. Tanto los procesos beneficiosos para los pueblos, como las grandes catástrofes sociales han, sido promovidos por la actitud de unos pocos líderes que pudieron modificar actitudes a niveles generalizados.
Edward E. Jones y Harold B. Gerard escribieron:
“Las actitudes se forman a través de la experiencia y, a pesar de su relativa estabilidad, pueden ser cambiadas mediante esa misma experiencia. Considérese la multiplicidad de los acontecimientos cotidianos que se disponen deliberadamente para que afecten nuestras opiniones e influyan en el modo como nos comportamos".
“Los artículos editoriales de los periódicos pueden dirigir nuestra atención hacia algún problema social o político con la esperanza de estimularnos a la acción”. “Nuestras creencias y acciones son el blanco de muchos mensajes que crean presiones con la finalidad de cambiar nuestras actitudes e inducirnos a un comportamiento que, de otra manera, no emprenderíamos”.
“También existen fuerzas contrarias que tratan de apuntalar las actitudes que ya poseemos. Para que las actitudes puedan persistir, han de sobreponerse a las presiones que compiten con ellas”. “La actitud es una predisposición para acercarse (valorar positivamente) o evitar (valorar negativamente) cierta clase de objetos. Las opiniones son expresiones verbales de disposiciones subyacentes. Por tanto, ya que las opiniones se definen como expresiones concretas de las actitudes, probablemente sea más apropiado indagar las funciones de las actitudes en sí”.
Derecho a la privacidad
La palabra privacidad proviene del latín y en concreto en el verbo privare, que significa “privar”, que a su vez dio lugar a la aparición de la palabra privatus que se puede definir como “aquello que no es público”.
La privacidad es el ámbito de la vida personal de un individuo que se desarrolla en un espacio reservado y debe mantenerse en la intimidad.
El derecho a la privacidad forma parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esto quiere decir que es un derecho inherente a cada ser humano, que tiene independencia frente a otros factores, no puede transferirse ni se puede renunciar a él. Como el resto de los derechos humanos, el derecho a la privacidad busca garantizar la dignidad del individuo. Todos tenemos derecho a que se nos respeten las actuaciones y los sucesos de nuestra vida.
Con el cumplimiento de este principio el profesional de enfermería resguarda el derecho de la persona o familia y garantiza su confianza en la relación inter humana.
Al principio de privacidad va unida la norma, que obliga a mantener el “secreto profesional” y las obligaciones de: resguardo de las confidencias y el respeto por la intimidad de las personas sometidas a nuestro cuidado.
Conclusión
Es nuestro compromiso como profesionales de enfermería tener presente los valores, principios éticos y morales que nos permiten orientar nuestro comportamiento en nuestra vida diaria para así lograr, en un futuro próximo y presente, una atención de calidad al individuo, familia y comunidad. Además debemos promover el cambio en las personas que, de cierta manera, se han “olvidado” de este objetivo común y realizan acciones que, para nosotros, no son consideradas ni ética ni moralmente aceptables, acciones que lamentablemente ocurren a diario en los servicios de salud.
Por ello la enfermera debe desarrollar sus acciones propias de la profesión bajo principios de calidad, eficiencia, eficacia, equidad, respeto al ser humano y haciendo uso de los valores ético morales en todos los actos profesionales, contribuyendo de esta manera al mejoramiento de la salud y calidad de vida de la población en general.
Bibliografía
-Eduardo Soto Pineda, José Antonio Cárdenas Marroquín. Ética en las organizaciones. Mc Graw Hill.
-Modulo. La ética y la moral en la práctica de la enfermería. Cuarta versión. Tomo II.
-www.monografias.com